Entrevista a Fernando González Llort, Héroe de la República de Cuba y presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP)
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  • Converso con Fernando González Llort, uno de los Cinco Héroes de la República de Cuba que sufrió prisión injusta en Estados Unidos durante diecisiete años por defender la integridad de su patria. En su experiencia al frente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), ¿cómo valora el papel de los movimientos de solidaridad en la región, en particular los cercanos a Cuba, en la hora actual de América Latina?

  • La Revolución cubana es el único proceso en el mundo que ha contado con movimientos de solidaridad tan extendidos. El ICAP mantiene vínculos con cerca de 2 mil asociaciones de amistad en 153 países y, aunque no son exclusivamente actores de solidaridad establecidos en agrupaciones porque hay muchas maneras de hacer solidaridad sin integrase a una organización, son relaciones solidarias.

Entendemos que la solidaridad va más allá de un número de asociaciones y de países. Por eso creo que no existen precedentes de un movimiento de solidaridad tan amplio y durante los casi sesenta años de la Revolución cubana, que ha atravesado diferentes etapas al igual que nuestro proceso.

Y ese movimiento de solidaridad ha estado con Cuba en todas las circunstancias; incluso durante el Período Especial (como se conoce la crisis económica que enfrentó el país en la década de los noventa luego de la ruptura de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS) dio un importante apoyo con suministros y donaciones para que se mantuvieran funcionando las escuelas y los hospitales.

Es un movimiento de solidaridad sólido, puesto a prueba y que ha resistido también junto al pueblo cubano porque una buena parte de estos movimientos realiza sus labores en condiciones no propicias para esto y en algunos casos, las condiciones son hostiles.

Los movimientos tienen desafíos como incorporar un número creciente de jóvenes a la solidaridad con Cuba.

Creo que tiene un valor educativo para esos jóvenes que viven en sociedades en las que se estimula la apatía por los procesos políticos, la despreocupación por otras personas y otros países. Tiene además el valor de mostrar que la vida no solo es preocuparse por uno mismo, por su entorno inmediato, sino preocuparse por otras cuestiones y por personas que no se conocen, pero que enfrentan situaciones críticas.

En el caso de Cuba, la injusticia que se comete contra nuestro país con el bloqueo económico, comercial y financiero que dura 56 años y cuyo levantamiento es hoy tan fundamental en el trabajo del movimiento de solidaridad como lo fue antes.

Igualmente la solidaridad priorizó la lucha por la liberación de mis cuatro hermanos de causa y yo. Desde nuestro regreso a Cuba, se ha enfatizado en la lucha contra el bloqueo, por la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo; la denuncia de las acciones y medidas subversivas del gobierno estadounidense contra nuestra nación y no podemos puede comprender el proceso revolucionario cubano sin la solidaridad.

La Revolución cubana es solidaria y con nuestro movimiento de solidaridad también se emprenden acciones de apoyo a las causas justas del mundo, como las de los pueblos palestino y saharaui, y en la región de América Latina y el Caribe para hacer frente a la ofensiva imperialista que intenta revertir todos los avances de los procesos de cambio y progresistas, en esta batalla por lograr la verdadera y definitiva independencia de nuestro continente.

Ponemos como ejemplo a la Revolución Bolivariana de Venezuela y la solidaridad que nuestro movimiento brinda al pueblo venezolano en su esfuerzo por enfrentar la guerra económica y política que se les hace desde el exterior.

Así sucede en Brasil con el injusto encarcelamiento del expresidente Lula; es el caso de Nicaragua, que se enfrenta a la agresión fomentada desde el extranjero.

De manera que concebimos al movimiento de solidaridad con Cuba como parte de todas esas causas porque todo es una misma lucha.

  • Usted hizo referencia a la importancia de vincular a los jóvenes a los movimientos de solidaridad en un contexto en que se imponen la cultura y los valores del neoliberalismo en todos los ámbitos. De su intercambio con los mexicanos en este Encuentro de Solidaridad, ¿qué experiencias se lleva para el trabajo de su Instituto con México, que ha sido tan cercano y solidario con Cuba históricamente?

  • Creo que el Encuentro de Solidaridad con Cuba ha sido positivo y demuestra la madurez del Movimiento de Solidaridad mexicano. Veo signos positivos en el proceso de incorporación de la juventud, no solo por su presencia en el mismo, sino por su participación en el trabajo organizativo del evento.

El Comité de Solidaridad con Cuba en Toluca –por ejemplo- tiene una membresía juvenil visible, destacada y que ha asumido tareas de organización y apoyo en el encuentro. Creo que eso augura un futuro promisorio para el Movimiento de Solidaridad, pues hay que pensar cómo va a ser dentro de veinte años.

Creo que la Declaración Final del evento y el Plan de Acción Nacional que se aprueben en el Encuentro reflejan las prioridades fundamentales del Movimiento. Hay una sintonía entre la labor de la organización y la que llevamos a cabo en el ICAP; sobre todo por las acciones de denuncia del bloqueo contra Cuba y otras tareas encaminadas al fortalecimiento de las brigadas internacionales de trabajo voluntario que van a nuestro país y a un incremento de los jóvenes que nos visitan.

Es importante que los jóvenes mexicanos vayan a Cuba, que conozcan nuestra realidad, no para que la copien, sino para que vean una alternativa en funcionamiento, lo cual contribuye a su formación.

Ha sido un evento en que se ha ofrecido información sobre Cuba, desde los vínculos históricos y culturales entre ambos países, la presencia de José María Heredia y nuestro Héroe Nacional José Martí, hasta los detalles del proceso de actualización de la economía y sociedad cubanas. Tratamos de brindarles la mayor información posible para que tengan elementos para desarrollar su trabajo y conocer qué sucede en nuestro país.

Considero que el Movimiento se fortalece y es emocionante ver cómo los mexicanos, incluso aquellos que vienen de estados lejanos y con escasos recursos hacen un esfuerzo por llegar al Encuentro de Solidaridad.

Los cubanos vemos ese esfuerzo y lo que eso significa en cuanto al compromiso con nuestro país, nuestro pueblo y su proceso revolucionario.

  • Fue reconocido como Visitante Distinguido de Toluca por el Honorable Ayuntamiento de este municipio mexiquense. ¿Qué significa estar y haber recibido esta distinción en un territorio que antes acogió a Fidel, Raúl y a otros jóvenes revolucionarios que preparaban nuestra última etapa de lucha soberana; y que también guarda el legado de José María Heredia, independentista y poeta cubano que contribuyó a la cultura y educación locales?

  • Venir a México no es como ir a cualquier otro país, porque México tiene una significación especial por los vínculos históricos que se han tejido con Cuba. Por aquí han pasado los cubanos más ilustres, como Heredia y Fidel. No fue casual que Fidel escogiera a México para preparar la expedición del Granma con los jóvenes de la Generación del Centenario.

No fue casualidad la estancia de Heredia por estas tierras o de Martí, quien antes de morir en combate, dirigió una carta o testamento político donde por primera vez expresó con claridad los objetivos de su lucha a un mexicano (su amigo Manuel Mercado).

Entonces al venir a México todos esos elementos están presentes y la visita es emotiva.

Aquí en la ciudad de Toluca me confirieron el título de visitante ilustre, el cual recibí con honor y humildad, pues no se trata solo de mí; se trata de cualquiera de los Cinco Héroes cubanos a quienes se lo hubieran entregado de la misma manera.

Como tú decías, en esta ciudad Heredia realizó una labor extensa y profunda: fue legislador, fundador de instituciones educativas y culturales que después aportaron a la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).

Por todo ello, entendemos que todo título o reconocimiento parte del esfuerzo de la Revolución cubana durante tantos años. Entonces este reconocimiento, que recibí personalmente, es un reconocimiento a todo el pueblo de Cuba.


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