Recibe “nobel” para estudiantes joven veracruzana
* Ángela Elena Olazarán Laureano se convirtió en la mejor estudiante del mundo, esto tras ser galardonada con el Chegg.org Global Student Prize 2024.
A sus 17 años de edad, Ángela Elena Olazarán Laureano se convirtió en la mejor estudiante del mundo, esto tras ser galardonada con el Chegg.org Global Student Prize 2024, se trata de un premio considerado el “Nobel” para estudiantes que generan un impacto significativo en sus comunidades y en el ámbito educativo.
Originaria de Papantla, Veracruz, Ángela recibió el reconocimiento y un premio de 100 mil dólares en Nueva York, de manos de Nathan Schultz, CEO de Chegg, tras contender contra once mil nominaciones provenientes de 176 países.
El proyecto que catapultó a Ángela al reconocimiento internacional, titulado “Ixtlilton”, consiste en un asistente médico virtual basado en inteligencia artificial. Esta herramienta, desarrollada durante la pandemia de covid-19 en colaboración con médicos locales, diagnostica 21 enfermedades y busca beneficiar a comunidades rurales con acceso limitado a atención médica e internet. En su natal Papantla, muchas personas enfrentan la dificultad de viajar más de una hora para llegar al centro médico más cercano.
Con el dinero del premio, Ángela planea establecer un aula de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) en su comunidad, con el objetivo de inspirar a más jóvenes a seguir carreras científicas. Asimismo, su proyecto “Ixtlilton” se expandirá mediante alianzas con farmacias y centros de salud para llevar esta herramienta a más personas en áreas marginadas.
La selección de Ángela se llevó a cabo tras una rigurosa evaluación por parte de la Academia del Global Student Prize, compuesta por 55 expertos. Ella fue elegida entre los 10 finalistas, que incluyeron a otros estudiantes latinoamericanos como Martina Bahiana Basgall Sequeira de Argentina y Millena Xavier Martins de Brasil.
En ediciones anteriores, este premio ha destacado a jóvenes como Nhial Deng de Sudán del Sur (2023) y Igor Klymenko de Ucrania (2022), mostrando que el poder de la educación puede transformar realidades en cualquier rincón del mundo.