𝗣𝗮𝗿𝘁𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗣𝗼𝗹𝗶́𝘁𝗶𝗰𝗼𝘀: 𝗠𝗮́𝗾𝘂𝗶𝗻𝗮𝘀 𝘁𝗿𝗮𝗴𝗮 𝗺𝗼𝗻𝗲𝗱𝗮𝘀 𝗲𝗻 𝗯𝗲𝗻𝗲𝗳𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗼𝘀 𝗰𝘂𝗮𝗻𝘁𝗼𝘀
* En Chiapas seguimos discutiendo sobre la farsa de los nuevos registros partidistas
Políticamente Incorrecto//Javier Opón.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. – Este estado como en el resto de México, los políticos de alcurnia o plebeyos ” favoritos” siguen creyendo en el espejismo de que un nuevo partido político resolverá viejos problemas, las recientes asambleas de creación de movimientos como el “Humanista 4T” en la entidad no es más que la misma rueda del ratón girando en la jaula de la simulación política. Mientras la ciudadanía exige representación auténtica, la clase política responde con partido políticos rancios, estructuras burocráticas y “nuevas propuestas” y mecanismos para perpetuarse en el poder.
La escena se repite con monotonía deprimente, asambleas infladas con acarreados, recursos públicos desviados y programas sociales usados como carnada electoral; Lo que llaman “procesos de participación” no son más que rituales vacíos donde los mismos operadores políticos hacen precencia, prometen apoyos y recogen firmas para mantener el negocio de la política como hoy lo hace Alfredo Ramírez; sus ambiciones particulares son apenas un síntoma de esta enfermedad que carcome el sistema.

Resulta grotesco ver cómo se instrumentaliza la pobreza mientras se profesa el discurso de “primero los pobres”. Los mismos que llenan plazas con promesas son los que después condicionan despensas, medicamentos y apoyos productivos a la “lealtad” política. Esta perversión del principio de justicia social no es nueva, pero duele más cuando se ejerce en nombre de la transformación.
Michoacán nos ha dado una lección elocuente, cuando la sociedad despierta, sabe prescindir de intermediarios, las multitudes que salieron a las calles de Uruapan tras el asesinato de Carlos Manzo no portaban banderas de partido, no coreaban consignas de siglas políticas. Su grito era por justicia, su demanda era por seguridad, su bandera era la dignidad colectiva y era el 30% por ciento de ese padrón electoral del que MORENA presume le dio el gane.
Mientras tanto, en Chiapas seguimos discutiendo sobre la farsa de los nuevos registros partidistas. ¿De qué sirve crear otra estructura que costearemos con nuestros impuestos y que servirá principalmente para repartir curules entre los mismos nombres de siempre? La respuesta está en las calles de Michoacán, en las búsquedas de las madres de desaparecidos, en el cansancio de los jóvenes excluidos,la verdadera representación no necesita siglas, necesita compromiso auténtico con la gente.
Los partidos políticos se han convertido en el problema, no en la solución. Son aparatos costosos que filtran, domestican y finalmente traicionan las demandas ciudadanas. Chiapas no necesita más siglas, necesita más honestidad. No requiere nuevas estructuras partidistas, sino canales directos entre la sociedad y el poder.
El futuro de la política no está en inventar otro partido, sino en construir mecanismos que permitan a la ciudadanía gobernar sin intermediarios, hasta que no entendamos esto, seguiremos siendo rehenes de una clase política que confunde sus intereses particulares con el bien común.
