Simulacros sin seriedad: la despreocupación que pone en riesgo vidas
* La alarma sísmica, cuyo sonido ya es reconocible para muchos, sigue generando pánico en quienes han vivido los estragos de sismos anteriores
* Expertos en protección civil insisten en que los simulacros no son un simple trámite, sino una herramienta vital para desarrollar reflejos y hábitos
Por Fernando Olivas Ortiz
Ciudad de México, 19 de septiembre de 2025.- El Simulacro Nacional 2025, realizado ayer, dejó en evidencia una preocupante falta de conciencia ciudadana sobre la importancia de estas prácticas preventivas, especialmente en regiones de alta actividad sísmica. A pesar de que el ejercicio busca preparar a la población ante un posible terremoto, en muchas ciudades la respuesta fue más bien de indiferencia, con personas saliendo de edificios y casas entre risas, charlas y grabaciones con celulares, como si se tratara de un evento social y no de una medida que podría salvar vidas.
La alarma sísmica, cuyo sonido ya es reconocible para muchos, sigue generando pánico en quienes han vivido los estragos de sismos anteriores. Sin embargo, la actitud generalizada de desdén durante el simulacro refleja una desconexión con la gravedad de estos fenómenos. “No sonó mi celular, pero el sonido de la alarma en la esquina me volvió a la realidad”, relató un vecino de la Ciudad de México, quien, desde el cuarto piso de su edificio y con una discapacidad en las piernas, enfrenta serias dificultades para evacuar. “Me preparo y espero que pase el sismo, pero es frustrante ver que otros no lo toman en serio”, añadió.
La preparación es clave en cualquier disciplina. Un deportista entrena diariamente para superarse, un músico ensaya sin descanso para perfeccionar su arte, y un conductor adquiere pericia con la práctica, consciente de que un error puede costar vidas. Sin embargo, en el caso de los simulacros, la falta de compromiso ciudadano contrasta con estas analogías. “Es lamentable que la gente no le dé importancia a los simulacros; son acciones que pueden salvar muchas vidas”, expresó otro habitante, quien observó cómo algunos evacuaban riendo o usando sus celulares para grabar en lugar de concentrarse en el procedimiento.


Expertos en protección civil insisten en que los simulacros no son un simple trámite, sino una herramienta vital para desarrollar reflejos y hábitos que permitan actuar con rapidez y eficacia ante un sismo real. En un país donde los terremotos son una amenaza constante, esta despreocupación puede tener consecuencias fatales.
La indiferencia observada en el simulacro pone sobre la mesa la necesidad de una mayor intervención de las autoridades. Especialistas y ciudadanos coinciden en que se requieren capacitaciones más frecuentes y accesibles, así como campañas que refuercen la importancia de tomar en serio estas prácticas. “Las autoridades deben dar capacitaciones y, sobre todo, lograr que la gente participe activamente”, señaló un vecino afectado por la falta de seriedad de sus compañeros durante el ejercicio.
En un país marcado por tragedias sísmicas, como los terremotos de 1985 y 2017, la preparación no debería ser opcional. La próxima vez que suene la alarma, ya sea en un simulacro o en un evento real, la diferencia entre la vida y la muerte podría depender de la seriedad con la que cada persona haya asumido su responsabilidad. Es hora de dejar de lado las risas y los celulares para priorizar la seguridad de todos.
