Emergencia a 8 mil metros: una historia de solidaridad a bordo del vuelo 125 de Copa Airlines
Por Fernando Olivas Ortiz – 23 de octubre de 2025
Un viaje con destino a la República Oriental del Uruguay comenzó en la Ciudad de México, a las dos de la mañana del miércoles 22 de octubre de 2025. El vuelo de Copa Airlines despegaba a las 5:50 a. m., por lo que era necesario llegar con anticipación.
El trayecto inició sin contratiempos y, tras tres horas y media de vuelo, el avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Tocumen, en Panamá. La escala fue breve: poco después, los pasajeros abordaron la aeronave con destino a Montevideo, donde el itinerario marcaba una llegada aproximadamente siete horas más tarde.
Emergencia en pleno vuelo
A unas dos horas y media de haber despegado de Panamá, se presentó una situación inesperada: un joven pasajero, de unos 22 años y originario de Colombia, comenzó a sufrir convulsiones. De inmediato, dos personas con conocimientos médicos —una pareja que viajaba en la misma fila— acudieron en su auxilio.
De acuerdo con su valoración, el joven estaba padeciendo un ataque epiléptico. Su intervención fue oportuna: aplicaron oxígeno, utilizaron compresas de agua fría y lograron estabilizarlo en el pasillo de la aeronave. Por momentos, la situación pareció crítica: el capitán solicitó instrucciones por radio, ante la posibilidad de realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto más cercano.
Afortunadamente, el pasajero comenzó a reaccionar de manera favorable. Con los cuidados de los dos pasajeros que lo atendieron y la colaboración constante de la tripulación del vuelo 125, el joven logró estabilizarse. El resto del vuelo transcurrió sin mayores incidentes, y el ambiente de tensión dio paso al alivio.
Una experiencia cercana
“Me tocó vivir la emergencia muy de cerca —relata el autor de esta reseña—, pues el joven se desvaneció junto a mi asiento. Todos los pasajeros cercanos nos preocupamos profundamente por lo que pudiera suceder. La rápida reacción de la pareja que se encontraba en la misma fila fue determinante para que el muchacho pudiera controlarse y recuperarse.”
A las 16:40 horas, aún en vuelo rumbo a Montevideo, el testigo escribió estas líneas: “Estos héroes anónimos siguen cumpliendo con su labor social y humana al ayudar a una persona en peligro. Las y los auxiliares del vuelo también actuaron con profesionalismo desde el primer momento, exponiéndose incluso a riesgos, a más de 8 mil metros de altura.”
El capitán también se acercó personalmente para verificar que el joven se encontrara fuera de peligro.
Un desenlace afortunado
Cuando pudo hablar nuevamente, el pasajero comentó que hacía más de tres años que no sufría una crisis epiléptica. El autor de la reseña no logró captar todos los nombres de los involucrados, pero recuerda que entre ellos se encontraban Yohanis y Juan, parte de la tripulación de Copa Airlines.
Gracias a la intervención de dos personas con conocimientos médicos y al profesionalismo de la tripulación, esta historia tuvo un final feliz, aunque pudo haber sido trágico.
Una de las sobrecargos comentó que, entre los requisitos para formar parte del personal de vuelo, se incluye capacitación en primeros auxilios y protección civil, la cual se actualiza de manera permanente.
“Tripulantes de cabina”: más que asistentes de vuelo
“Tripulantes de cabina” es el nombre formal de quienes atienden a los pasajeros a bordo del avión. Como explicó una de ellas, su labor va mucho más allá de ofrecer servicio: están preparadas para responder ante emergencias y proteger la vida de las personas a su cuidado.
Así concluye esta reseña, escrita por un testigo presencial de una historia de humanidad y profesionalismo en los cielos, ocurrida durante el vuelo 125 de Copa Airlines, rumbo a Montevideo. ✈️

