DELITO: EL HAMBRE, SENTENCIA: LA CÁRCEL
#RosarioNoEstasSola
* El Ejecutivo poblano arbitrario y prepotente, de quien por cierto en los pasillos de Casa Aguayo, se dice que será relevado en octubre próximo
Por: Romina Valladares Ceja
Puebla, Puebla, México.- El autoritarismo impregnado de soberbia mantiene una estrecha relación con la ilegalidad, que le sirve de instrumento idóneo para intentar aplicar el marco de derecho a libre arbitrio, apoyado en la compra de conciencias en un aparato judicial que puede doblegarse a la presión, el chantaje, el poder y la conveniencia, dando como resultado todo ello en acciones caracterizadas por el abuso de autoridad y la privación de la libertad de personas inocentes, a quienes se les puede fabricar los delitos a voluntad e inclusive, adaptar su tipificación al individuo que esté en la mira, por la conveniencia dictatorial de quien ordene la arbitrariedad.
Así es la práctica del Derecho al antojo de Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta, Gobernador de Puebla, quien cegado por el acérrimo odio hacia quienes considera sus adversarios, sus enemigos y todo aquél que no comulgue con sus opiniones, su desempeño y busca ejecutar sus acciones con obnubilado juicio y que hoy, dirige hacia el Movimiento Antorchista, obsesión que le hizo convertir el tema en asunto principal durante la pasada visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador, cayendo preso en la propia visceralidad al emitir acusaciones sin sustento, llenas de repudio, olvidando que un verdadero líder, una autoridad, debe gobernar para todos sin excepción, demostrando una vez más la carencia de una cualidad que sólo se da a los grandes.
Cual daño colateral, el objetivo hoy de su obsesión va hacia la dirigente antorchista en la zona norte de la capital poblana Rosario Sánchez, una mujer que a lo largo de los años, con trabajo constante de atención a la ciudadanía, con acciones y gestión efectiva, se ha ganado la confianza de miles de habitantes de Puebla, quienes han tenido la oportunidad de corroborar con hechos que la campaña difamatoria contra el movimiento más organizado y numero del país, tomado como referencia y ejemplo en países de América Latina y otros continentes, no es más que solo eso: mentiras infundadas que buscan el desprestigio de la fuerza social, cada vez más poderosa y que a cada ataque, sólo hace que se fortalezca y crezca aún más. Pero los odios, ciegan, no entienden de ello.
Con una amenazante orden de aprehensión contra la dirigente y que busca ser un llamado a lo que pueda ocurrir a otros líderes antorchistas más, al gobierno barbosiano poco le importa poner en entredicho la imparcialidad de un sistema judicial y las instituciones que la conforman, es la ceguera que el poder provoca, alimentado en la venganza y en la impotencia que jamás culparía a la ineptitud e ineficacia con que se gobierna.
La desesperación hace efecto en la 4T con las acciones de sus seguidores, pues al mantener unos en pleno respaldo por la conveniencia de recibir los beneficios que los discriminatorios programas sociales inyectan millones de pesos del erario público a militantes, simpatizantes y votantes de su partido eje, hacen caso omiso que la obligatoriedad de la ley enmarca que la aplicabilidad de los recursos debe darse a todos por igual, tan sólo por el valiosísimo hecho, garantizado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de ser ciudadanos de éste país.
La muestra plena del abuso lo brinda el buscar combatir un delito, fabricado y mal aplicado, con la comisión de otros delitos, como son la injuria, la calumnia, el abuso de autoridad.
La desesperación es mala consejera y ajeno a todo buen gobierno que busca responder a las necesidades de millones de personas que viven con miedo día a día por una pandemia que carece del mínimo asomo por ser controlada en México y que ofrece una imagen de resultar muy conveniente financieramente y deshumanizadamente hablando, porque al final de ella “habrá más para menos”, hoy los poblanos piden a los gobiernos insensibles, respuestas al hambre, a la pobreza, al desempleo y a la inseguridad que en la entidad y el país entero se padece. Pero no, el interés es nulo, sólo importa el revanchismo, la venganza y seguir gobernando desde el odio.
El Ejecutivo, de quien por cierto en los pasillos de Casa Aguayo se dice que será relevado en octubre próximo, debe pensar bien las cosas si intenta mantener la paz social en la entidad, porque ésta arbitrariedad, impregnada en el abuso de poder, puede, innecesariamente, incendiar todo un país cuando menos lo necesita.
Que se entienda que México está de luto por una pandemia que ha costado más de 30 mil vidas y que, lamentablemente, seguirá incrementando sus cifras. Se vive el miedo en las calles, en los hogares, en los centros de trabajo.
México hoy requiere solidaridad, distribución de alimentos sin discriminación y equitativamente, del abrazo social, de inversión que reactive las empresas, que generan empleos. El país necesita hoy apoyos reales, confianza en sus instituciones y un mensaje de paz, que deje de enfrentar con odio a sus ciudadanos.
“Rosario no está sola, si tocan a uno, tocan a todos”, responden valientemente los antorchistas del país. Y esto es precisamente, lo que un sistema que se desquebraja día a día no ha querido entender, quizá porque desconoce de lo que tratan tres aspectos fundamentales de una lucha social real, válida y digna: el respeto a sus ideales, la unidad y la lealtad que el Movimiento Antorchista mantiene en sus filas desde hace 45 años.
Tres cualidades que lejos de perseguirse, deben ser aplaudidas y reconocidas porque es lo que en nuestro México hace falta para verdaderamente crecer: respeto, unidad y lealtad.