Siempre busqué mejorar y cambiar lo que se hacía, además lo compartía: Gerardo Cruz
* Han romantizado y convertido en moda estudiar criminalística, pero la realidad es cruda y se sufre para quien quiere ejercerla
* “No han sentido a las larvas cuando se suben al cuerpo, ni se han manchado de sangre putrefacta, no saben qué es, y el resultado es que muchos egresados no tienen trabajo”.
* Vas a tener contacto con personas que murieron de Sida, tuberculosis, de Covid, hepatitis, tienes que agarrarlos y te puedes contagiar y ahí te vas a quedar”.
Por Nidia Sánchez/ Columna La Vida en Rosa
Xalapa, Veracruz.- En esta tercera parte con la que cerramos la entrevista a Gerardo Cruz, perito criminalista jubilado, aborda el tiempo en los que se realizó una compra masiva de equipos para distintas áreas operativas de la Procuraduría General de Justicia en Veracruz. Las implicaciones de ejercer una carrera de esta naturaleza, los peligros, exigencias, estrés y el crimen organizado.
NO HAN SENTIDO A LAS LARVAS CUANDO SE SUBEN AL CUERPO, NI SE HAN MANCHADO DE SANGRE PUTREFACTA
Jóvenes han sido atraídos en los años recientes por las carreras de criminología y criminalística, han romantizado la profesión, pero la realidad es cruda y se sufre para quien quiere ejercerla, no es lo que presentan en las series extranjeras, narra nuestro entrevistado.
“¿Qué experiencia tienen en una investigación, en un lugar de los hechos?; ¿Cuántas muertes investigaron?. Nunca fueron a un lugar para ver a un muerto, tampoco conocen los olores, no han sentido a las larvas cuando se suben al cuerpo, ni se han manchado de sangre putrefacta, no saben qué es, pero está de moda y el resultado es que muchos egresados no tienen trabajo”.
“Miles de criminalistas, criminólogos, que tienen un título y que fueron malos estudiantes por no decir mediocres, que tenían amistad con sus maestros, que nunca estudiaron pero que compartieron borracheras, y cuando se titulan resulta que son maestros de esa universidad”.
CAPACITACIONES
“Tengo capacitación en varias disciplinas, sobre todo investigación policiaca, investigación en la escena del crimen con los del Sistema Nacional de Seguridad Pública Federal, diplomados de criminalística, del Colegio Nacional de Expertos Forenses, por parte de la DEA de Estados Unidos, capacitación por parte del ejército de Israel, aunado a la experiencia y práctica de los años. Presenté en el auditorio de la Dirección General de Servicios Periciales, el estudio que realicé sobre huellas dactilares y otras cosas que siempre he querido compartir con personas”.
LO TÁCTICO FUE ÚTIL PARA SALVAR LA VIDA
Veracruz es un estado difícil en el que operan células del crimen organizado. Gerardo tuvo que resolver muchas veces el contacto con gente difícil que a disparos podían acabar con su vida y la de los presentes en plena diligencia de levantamientos de cadáveres cuando los acribillados resultaban en bajas de un grupo u otro.
Los entrenamientos tácticos de la DEA le fueron útiles en alguna ocasión en que tuvo que utilizarlos, de ahí dependían todos los presentes que no eran pocos, una respuesta ágil y tajante de su parte, logró el milagro de que aquello no se convirtiera en una masacre.
DOTACIÓN IMPRESIONANTE DE EQUIPOS PARA LA PGJ DE VERACRUZ
“En los 40 años que había estado al pendiente de la PGJ, el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán, fue el único que compró todo lo necesario para la procuración de justicia. Dotó de armamento, camionetas, patrullas, los sueldos de los peritos criminalistas mejoraron un poco (no lo suficiente) mientras que para Servicios Periciales, se adquirió laboratorios y Semefos móviles, una cantidad increíble de computadoras, había para cada uno, contábamos con el comparador balístico forense, nos daban equipos que no podría acabar de describir”.
NO SABÍAMOS NI QUÉ TENÍAMOS EN NUESTRAS MANOS
“Mucho de lo que nos dieron ni siquiera teníamos una idea de para qué servía, teníamos que investigar cómo se usaba, teníamos una grabadora de reportero para cada uno, cámara, detectores de metales, una cantidad increíble de material por perito, flexómetros digitales capaces de medir 100 metros en una maniobra por medio de rayos láser”.
Gerardo Cruz Escobar
ESTUDIÉ TODO LO QUE PUDE
“Estudié todo lo que pude para conocer el funcionamiento del material de trabajo. Hubo cosas en las que no estuve de acuerdo, había un químico para partículas pequeñas, se utilizaba para revelar huellas dactilares en vehículos mojados o secos, pero nadie lo sabía utilizar, así que me dediqué a hacer pruebas hasta que logré saber cómo funcionaba, pero los resultados no fueron satisfactorios para mí, y yo lo sustituí por violeta genesiana y con eso podía revelar huellas dactilares con muy buena calidad en vehículos cuando nunca se le había dado un uso de este tipo”.
“El líquido que nos proporcionaron era muy caro, teníamos disponible para trabajar hasta las bolsitas que se ven en los programas de televisión para la detección de drogas como cocaína, mariguana, metanfetaminas, etcétera. Por lo que respecta a mis compañeros el material del que disponían no lo utilizaron lo tenían arrumbado o lo perdían”.
ASOMBRADO POR EL LUMINOL Y LAS FALLAS
“A mí lo más nuevo que me asombró fue el luminol para localizar manchas de sangre que hubieran sido limpiadas. Se podía localizar manchas orgánicas, si en una escena había semen, saliva, sangre, con el luminol brilla y es localizable. De lo que a mí me dieron le pedí a la química que dividiera en cuatro partes el luminol, haciendo uso de su equipo, y entonces lo iba dosificando, porque este material si lo revuelves había que darle un solo uso, luego ya no servía. Comencé haciendo pruebas y me di cuenta de varias fallas, de que el luminol hacía reacción con algunos tipos de jabones, sangre humana, de animales, carne humana o de animales, arrojaba muchos falsos positivos, y contaminaba las muestras, si localizaba con luminol una muestra de sangre al arrojarle luminol quedaba contaminada y ya no servía para realizar una prueba genética, quedaba alterada, yo dejé de utilizar el luminol, y lo que sí quería era un juego de luces especiales para que con solo la luz poder localizar huellas dactilares o manchas de material genético sin tocarlas, ese material nunca me lo entregaron”.
“Siempre busqué mejorar y cambiar lo que se hacía, compartía lo que descubría con uno o dos compañeros”.
“Luego de aquella compra masiva para dotar a la PGJ de Veracruz de material, he sido testigo que ni antes con otro gobernador ni después de Fidel Herrera se han ocupado de volver a comprar el material a Servicios Periciales”.
“Los equipos que debían ser utilizados llegaron a estar guardados por años, pero aun así después de Estados Unidos y Canadá, es Veracruz, ni siquiera la Ciudad de México, era el laboratorio mejor equipado de Servicios Periciales a nivel continental, por aquellos años”.
“Cuando me retiré había equipos que ni siquiera habían sido estrenados. Uno de esos era el comparador balístico, en aquellos tiempos costaba quizá unos 5 millones de pesos, el laboratorio completo de genética, que posiblemente costaba arriba de 20 millones de pesos. Había una computadora que era de absorción atómica, eran equipos sofisticados, que con una milésima parte de la cantidad menor que utilizaras manualmente, identificaba el tipo de material que era, podías meter un grano de azúcar, la dejabas que hiciera su trabajo y te daba el resultado, mientras que había que hacer todo un trabajo manual si acaso querías detectar cocaína, por ejemplo”.
COMPARTÍ MIS CONOCIMIENTOS CON DOCTORES EN CIENCIAS PENALES Y ABOGADOS
“En mis tiempos de perito me llevaron a una doctora en Ciencias Penales para que le enseñara mis conocimientos, porque ella no sabía nada respecto a mi área, también a otros dos doctores con la misma preparación, a quienes enseñé lo más básico de criminalística. Me parecía una ironía estar ilustrando a doctores cuando yo no tenía estudios, eso sí, la práctica y ganas de mejorar todo lo que hacía. Llegaron por recomendación del director de Servicios Periciales”.
MI TRABAJO Y EL APOYO A LOS SECRETARIOS DEL MP
“Como criminalista guiaba a los agentes del Ministerio Público, debido a que la mayor parte de las veces solo llegaban los secretarios a las escenas de los eventos. La mayoría eran abogados que habían salido de la carrera y no sabían cómo realizar una investigación, ellos solo me seguían, me hacía cargo de todo, tomaba fotografías, levantaba indicios, y era necesario explicar a cada uno la razón por la que se hacía todo lo que estaban viendo”.
“Les pedía que me enviaran oficios para efectuar diligencias, utilizaba la cadena de custodia para poner pruebas a disposición del área de genética, una muestra de sangre, una navaja con sangre y huellas, lo dejaba a disposición de laboratorio para que tomaran las muestras y ellos enviaban las muestras a las áreas correspondientes, y al departamento de identificación para que se levanten las huellas que tiene. No se debían alterar los indicios pero por tiempos hay que hacerlo de forma correcta, una forma incorrecta por desconocimiento sería enviarla a identificación, se echa a perder, todo eso se le enviaba al secretario o al Ministerio Publico para solicitar por oficio todos los estudios desde el más sencillo hasta el más sofisticado”.
“Los peritos criminalistas somos auxiliares del Ministerio Público, porque ellos no tienen el conocimiento criminalístico para realizar una investigación en el lugar de los hechos, nos apoyábamos, la dificultad, al menos en mi caso, era una sola vez la que estaba en el lugar del hallazgo, se tenían que encontrar los indicios para enviarlos al departamento correspondiente para ser estudiados, en muy raras ocasiones los compañeros dejaban asegurado el lugar y después iban a hacer una inspección, tal vez regresaban a realizar una reconstrucción o una mecánica de hechos, nosotros ya no teníamos acceso al expediente para conocer las declaraciones, nuestro dictamen era de una sola visita”.
CHARLAS CON ESTUDIANTES
“En alguna ocasión me reuní con estudiantes de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, de la carrera de criminalística para platicar y compartir una nueva técnica de reactivación de huellas dactilares”.
LIBROS
“Escribí un par de libros con datos criminalísticos que van más dirigidos a los abogados recién egresados, a los estudiantes de criminalística, explicando el ambiente al que van a enfrentarse, nada extraordinario sino la realidad”.
“En este trabajo pasas hambre (por los bajos salarios) o te comes una torta trasladando al muerto putrefacto, o es así, o no comes. La realidad es que es un sueldo miserable para lo que te arriesgas tanto o una venganza, contraer una enfermedad mortal, porque vas a tener contacto con personas que murieron de Sida, tuberculosis, de Covid, hepatitis, tienes que agarrarlos y te puedes contagiar y ahí te vas a quedar”.
“Han muerto compañeros. Se toman muchos riesgos por un sueldo miserable. Cuando me jubilé hace 13 años mi salario se redujo a menos de la mitad; mi primer pago de jubilación fue 4,800 pesos al mes, al paso de 13 años me pagan menos de 7 mil pesos al mes, todavía no tengo derecho al pago que reciben los de 65 y más, no cuento ni con servicio médico de ISSSTE ni IMSS, por los robos ocurridos durante el gobierno priísta de Javier Duarte, porque dejaron de pagarle al IMSS nuestras cuotas que las descontaban pero no las pagaban, hicieron lo mismo con las aseguradoras de vida, no pagaban, así que no contamos con seguro ni servicio médico, entonces salir de ese trabajo es no tener nada, dicho en pocas palabras”.
“Ganan más los adultos mayores que una persona como yo que me anduve jugando el pellejo, al que le pasaron muchas cosas y para personas como yo no hay una ayuda a pesar de todo lo trabajado, no se me hace justo. Y mientras tanto, ¿De qué voy a vivir?, cuando me retiré salí lastimado de la columna, las rodillas, no puedo hacer muchas cosas, ahora tengo conocimiento y experiencia”.
“De qué le sirve a la gente saber que inventé una mezcla de polvos o una fórmula o un protocolo para lograr identificaciones de cuerpos, si no comparto con ellos. Mientras otros imparten conferencias dando a conocer lo que han hecho, yo quiero servir, aportar a la sociedad, sumar”.
Por Nidia Sánchez (Tercera y última parte)