Ramón Ortiz Pavón un excepcional ser humano amado y querido por todos
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* El velorio fue una manera grata de recordar las grandes virtudes de “Ramoncito” que tuve oportunidad de oír de boca propia de familiares y amigos

Por: Fernando R. Olivas Ortiz

La noticia fue terrible; dijeron, “Ramoncito” está en sus últimas horas. Era un mensaje por WhatsApp. El mensaje lo mandaba mi prima Elvira, quien como lo venía haciendo en los últimos días, me mantenía informado de la salud de mi primo hermano.

Sabíamos que el final se acercaba a pasos agigantados, luego de su enfermedad agravada por otros síntomas y malestares que lo empeoraron y finalmente, le detectaron el terrible cáncer al páncreas, mismo que le invadió otros órganos y le afectó el pulmón.

Falleció el domingo 2 de octubre de 2022, a la 18. 55 horas y hasta en eso tuvo buen tino mi querido “Ramoncito” como cariñosamente, familiares y amigos le llamaban por su “Don de Gentes”. Mote que se ganó a pulso por su carácter y forma de ser. “Ramoncito” no era un peyorativo, era una frase y modo de reconocer a un gran ser humano.

Porque digo que tuvo “buen tino” al dejar el mundo terrenal el 2 de octubre; fecha simbólica para los mexicanos, por la masacre de los estudiantes en el trágico año de 1968. “la frase 2 de octubre no se olvida”, de esta manera la fecha del deceso de Ramón Ortiz Pavón, será vinculada siempre, porque es muy común que el ser humano no recuerde determinadas fechas de aniversarios, nacimientos y mucho menos, de fallecimientos.

No hay que olvidar también, que las mujeres y hombres somos recordados por nuestros actos y manera de comportarnos con nuestros semejantes, aquí es donde encaja el apelativo cariñoso de quienes lo conocían y trataban, le decían “Ramoncito”, como una manera de diferenciar a un hombre que tenía una gran calidad humana y lo demostró a través de su larga vida, más de siete décadas, donde familiares, amigos y conocidos lo pudieron comprobar.

El velorio fue una manera grata de recordar las grandes virtudes de “Ramoncito” que tuve oportunidad de oír de boca propia de familiares y amigos como Carlos y otros más, que llegaron a la sala mortuoria de la Agencia Gayosso, especialistas en Pompas Fúnebres, de Félix Cuevas, en la CDMX. Aquí sus hermanos no escatimaron nada para darle y poderle brindar la mejor despedida de este universo. A este maravilloso ser humano, que supo ganarse el cariño y respeto de todos.

Los asistentes coincidían que fue un segundo padre para sus hermanas y hermanos y como tal lo trataron. Por cierto, todo indica que, desde hace tiempo, le había cedido la estafeta a Alberto, quien, de unos años a la fecha, es la cabeza visible de todas y todos, al que también respetan y aceptan sus comentarios y sugerencias.

Ortiz Pavón, Una familia muy unida y lo demostró una vez más, con la presencia de María, Patricia, Elvira e Ivón, la más pequeña del clan, que testimoniaron su cariño y respeto hacia su hermano mayor en su último día que pasaría en el mundo de los vivos, cada una acompañada de sus parejas, hijas e hijos, que lograron formar un gran ambiente natural y de esta manera. hicieron menos tenso el momento de dolor que se estaba viviendo.

Por supuesto, encabezando a los hombres estaban Alberto, Juan, Julio y Marco, que acudieron puntuales a la cita con el destino que los volvía a reunir a todos en un mismo lugar, pero esta vez, era para que juntos los consanguíneos damas y caballeros, pudieran darle el último adiós a su hermano mayor que supo apoyarlos e impulsarlos cuando fue necesario, llegaron a un homenaje triste, pero con la alegría de poder despedir de este mundo a este maravilloso ser humano. Por cierto, virtualmente lo hizo Francisco (Paquito) que no pudo asistir en forma presencial, por encontrarse en EEUU donde reside desde hace varias décadas.

Muchos familiares de segundo grado pero no tan alejados, también asistieron y lo acompañaron en una última noche que el cuerpo de Ramón pasó en este universo y ellos también dejaron su testimonio de agradecer y convivir con un ser humano especial lo que pudo demostrar en diferentes etapas de su vida, como José Martínez Mendizábal que acudió con Vicky su esposa, ambos con su hija Ingrid, toda la velada (una noche muy corta) estuvieron hablando de un ser maravilloso que conocieron desde niño y que gracias a su forma de ser siempre encontró el respaldo de sus familiares mayores para trazar un camino de éxito durante su existencia en este mundo.

Las sobrinas y sobrinos de Ramón, también presentes en el homenaje póstumo para uno de sus tíos preferidos si no es el que más, porque con su manera de ser se los ganó a todas y todos, era muy “chido” como dijeron mis hijos, alguno, por lo mismo, a su manera recordaban la grandiosidad del tío, que siempre tuvo caricias y palabras de aliento para ellos, por cierto le dedicaron un memorial con fotografías en un pantalla electrónica donde recordaban paisajes de su vida y era un reconocimiento para sus muchas virtudes.

Allí entre todos los asistentes resaltaba la figura menudita de Valentina  la nieta consentida de Ramoncito, con la que vivió  hasta el final de su vida y puedo decir que fue su último gran amor.

Porque indiscutiblemente sus padres ocuparon el primerísimo lugar, sus hermanos lo fueron siempre y por supuesto su mujer y para él sus hijos, porque esa fue otra de su faceta siempre fiel y apegada a su familia y principios, hasta que Dios lo recogió y lo quitó de sufrir fuertes dolencias por su enfermedad terminal.

Descansa en Paz querido hermano porque nuestra familiaridad en un momento determinado se convirtió en hermandad y que duró hasta el final de tu existencia y estas líneas que te dedico, es un homenaje póstumo para un ser querido que siempre estuvo conmigo en las buenas y en las malas.

Por cierto estaba tan impactado por el suceso de su deceso que no tome una fotografía del féretro que se encontraba rodeado de infinidad de arreglos florales, de coronas y de un Cristo en la Cruz que a manera  de arreglo floral le acompañó junto con momentos de tristeza, de todas y todos los asistentes a la capilla ardiente, a donde llegó un presbítero que guio una Misa cantada interpretada por una excelente Soprano y con música de violín, un momento donde las oraciones de todos acompañaron a nuestro hermano, y lo encomendamos a Dios Padre.

Por cierto, los más allegados y cercanos lo escoltaron hasta el momento en que cremaron su cuerpo, posteriormente sus restos mortales como fue su deseo, serán depositados en la gaveta familiar, que se ubica en la Basílica de Guadalupe, donde reposará para siempre, con sus seres queridos que se adelantaron en el camino hacia la eternidad, sus añorados padres Ramón y Elvira, junto con el buen Gustavo. DESCANSA EN PAZ QUERIDO PRIMO-HERMANO


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